top of page

Donde los Pies Tocan el Cielo

Un joven llamado Amaro, que vivía en un pueblo donde las sonrisas eran escasas y las miradas parecían pesar toneladas. Amaro trabajaba en una pequeña tienda de comestibles, y aunque era amable y trabajador, sentía que algo dentro de él dormía desde hacía mucho tiempo. Era como si su alma hubiera olvidado cómo brillar.

Una noche, después de cerrar la tienda, escuchó música proveniente del viejo teatro abandonado del pueblo. Curioso, empujó la puerta entreabierta y vio una luz tenue y cálida iluminando el escenario. Allí, una mujer mayor, de rostro arrugado pero mirada viva, danzaba sola como si el mundo entero girara a su ritmo.

Amaro se quedó inmóvil, como si algo dentro de él despertara al compás de sus pasos.

—¿Quieres probar? —le dijo la mujer sin dejar de moverse—. No necesitas saber cómo. Solo sentir.

Con algo de vergüenza, Amaro subió al escenario. Sus pies torpes apenas sabían por dónde empezar, pero al segundo paso, al tercer giro, algo comenzó a cambiar. No era perfecto, pero no importaba. Se reía, tropezaba, giraba otra vez… y por primera vez en años, se sentía libre.

Volvió al día siguiente. Y al siguiente. Y cada noche, más personas empezaron a llegar. Primero un niño curioso, luego una madre cansada, un abuelo viudo, una adolescente callada. Todos con un anhelo secreto de recuperar algo perdido. Y todos, poco a poco, redescubrieron el fuego que el baile encendía.

La música no resolvía los problemas, pero los hacía más livianos. El cuerpo se volvía lenguaje, y el alma, testigo de una alegría que no dependía de nada, solo del momento presente.

El pueblo ya no era el mismo. Las calles seguían siendo de piedra, pero ahora bailaban bajo sus pasos. Los ojos se alzaban más seguido, y las sonrisas volvían a aparecer sin razón aparente.

Amaro ya no era solo un joven en una tienda. Era un alma despierta, un cuerpo que danzaba no para ser visto, sino para recordar que la alegría no se compra ni se exige. Se baila.

Y desde aquel día, donde alguien preguntaba cómo sanar el alma, se decía con certeza:

—Baila. Baila hasta que el alma te siga los pasos.

¿Te gustaría que la adapte para niños, para una campaña motivacional o como contenido para redes sociales?




 
 
 

Comentários


Pero hay que recordar en la vida que hay un positivo para cada negativo y un negativo para cada positivo
Anne Hathaway

Donde va tu atención, fluye la energía

Tony Robbins

 

Lo que no te mata, te hace más fuerte

Mientras unos lloran, otros venden pañuelos

Dios, pon tus palabras en mi boca
No clasifiques al mundial, gana el mundial
Radio éxito o radio miseria
Resiste la tentación de volver a la comodidad y pronto verás los frutos

Se tu mayor fan

Margarita Pasos, Entrenadora Fortune 500

 

Todos somos iguales como almas, pero no todos somos iguales en el mercado

Jim Rohn


Los/as líderes que valoran a sus personas las empoderan

John Maxwell


Mantén el corazón abierto. Estamos programados para encontrar el amor.
Helen Fisher

Lo que NO estás cambiando, lo estás eligiendo

L. Buchanan

Por lo que el Hombre sucumbe, por ello vence

Los Estoicos

(...) y mi motivación en mi carrera son ustedes. Las personas! 

C.S

 

... tarde o temprano al ... y al ......​
 

Somos el amor infinito.

Mr. Pedro ⚔️

​​

Te deseo lo mejor en tu día :)
Santiago

Santiago de Chile

bottom of page