La Leyenda del Rey Dragón y los Cuatro Mares
- Santiago Toledo Ordoñez
- 2 ene
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En la antigua mitología china, se creía que el mundo estaba rodeado por cuatro grandes mares que delimitaban los puntos cardinales: el Mar del Este, el Mar del Oeste, el Mar del Sur y el Mar del Norte. Cada uno de estos mares estaba gobernado por un poderoso Rey Dragón, seres majestuosos con forma serpentina, escamas brillantes y cuernos que los hacían parecer dioses entre las criaturas.
Estos dragones eran responsables de controlar las aguas, las lluvias y el clima en sus respectivos territorios. Vivían en magníficos palacios submarinos hechos de jade, coral y perlas, y tenían vastos ejércitos de criaturas marinas a su disposición. Aunque solían trabajar en armonía, las tensiones entre ellos no eran desconocidas.
El conflicto de los Cuatro Dragones
Un día, una terrible sequía azotó la tierra. Los ríos y lagos se secaron, los cultivos murieron, y los humanos sufrieron enormemente. Cuatro dragones menores —el Dragón Negro, el Dragón Amarillo, el Dragón Perla y el Dragón Verde—, que servían bajo los Reyes Dragón, observaron el sufrimiento y decidieron intervenir.
Se elevaron desde los mares y ascendieron al cielo para pedir ayuda al Emperador de Jade, el gobernante supremo del Cielo. El Emperador escuchó sus súplicas, pero estaba más preocupado por los asuntos celestiales y no actuó con rapidez, prometiendo que enviaría lluvia "pronto". Sin embargo, los días pasaron y el cielo seguía despejado.
Los cuatro dragones, desesperados, decidieron tomar el asunto en sus propias manos. Volaron sobre la tierra y, con su magia, llevaron agua desde los mares y la vertieron sobre los campos secos, salvando a los humanos. Aunque este acto fue noble, los dragones desafiaron las reglas celestiales al alterar el equilibrio natural sin el permiso del Emperador de Jade.
Cuando el Emperador se enteró, se enfureció por su desobediencia y ordenó que los cuatro dragones fueran castigados. Los inmovilizó convirtiéndolos en los cuatro ríos principales de China, para que continuaran ayudando a los humanos pero sin la libertad de volver al cielo:
1. El Río Amarillo (Huang He), creado por el Dragón Amarillo.
2. El Yangtsé (Chang Jiang), formado por el Dragón Negro.
3. El Río Perla (Zhu Jiang), nacido del Dragón Perla.
4. El Río Heilong (Río Dragón Negro), obra del Dragón Verde.
La conexión con los Reyes Dragón
Mientras tanto, los Reyes Dragón de los Cuatro Mares aprendieron una valiosa lección del sacrificio de estos dragones menores. Aunque eran poderosos, entendieron que su deber era proteger a todas las criaturas bajo su dominio y trabajar en conjunto para mantener el equilibrio entre la tierra, el agua y el cielo.
Desde entonces, los Reyes Dragón se volvieron más compasivos y vigilantes, asegurándose de que las aguas de los mares siempre fluyeran hacia los ríos que los dragones menores habían formado, manteniendo la vida en la tierra.

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