La Cordillera de los Andes: Columna Vertebral de Sudamérica
- Santiago Toledo Ordoñez
- 23 jun
- 3 Min. de lectura
La Cordillera de los Andes no es solo una formación geográfica; es una arteria viva que atraviesa el corazón de Sudamérica. Con más de 7.000 kilómetros de extensión, desde Venezuela en el norte hasta el extremo sur de Chile y Argentina, se erige como la cordillera continental más larga del mundo y una de las más altas, sólo superada por el Himalaya.
Un gigante natural lleno de contrastes
Desde los picos nevados del Huascarán en Perú hasta las vastas llanuras de la Patagonia, la cordillera presenta una diversidad geográfica, climática y ecológica impresionante. En sus cumbres se encuentran algunos de los volcanes más altos del planeta, como el Ojos del Salado (Chile-Argentina), el volcán activo más alto del mundo. Al mismo tiempo, sus valles cobijan desiertos como el de Atacama, selvas como las yungas bolivianas y fértiles tierras agrícolas en Ecuador y Colombia.
¿Por qué países pasa la Cordillera de los Andes?
La Cordillera de los Andes recorre y conecta siete países sudamericanos:
Venezuela – Donde comienza, en la región de Mérida.
Colombia – Donde se ramifica en tres cordilleras: Occidental, Central y Oriental.
Ecuador – Atravesando el país con volcanes imponentes como el Chimborazo y el Cotopaxi.
Perú – Corazón del imperio inca y hogar de picos como el Huascarán.
Bolivia – Donde se encuentran el altiplano y la majestuosa cordillera Real.
Chile – Recorriendo toda su longitud de norte a sur, es una barrera natural con Argentina.
Argentina – Desde el noroeste hasta la Patagonia, con cumbres como el Aconcagua, el punto más alto de América.
Esta impresionante cadena montañosa une paisajes, pueblos y culturas a lo largo de toda la costa occidental del continente.
Historia viva de la Tierra
Formada hace más de 65 millones de años por la colisión de placas tectónicas, la Cordillera de los Andes continúa transformándose hasta hoy. Su constante actividad sísmica y volcánica recuerda que la Tierra está viva y en movimiento. Además, en sus formaciones rocosas se esconden fósiles que narran capítulos prehistóricos de un continente en evolución.
Hogar de culturas ancestrales
Los Andes no solo son majestuosos por su altura, sino también por su historia humana. Han sido hogar de civilizaciones milenarias como los incas, los diaguitas, los aymaras y los mapuches, quienes aprendieron a convivir con su entorno montañoso, desarrollando técnicas agrícolas como los andenes y una cosmovisión íntimamente ligada a la tierra. Hoy, sus descendientes siguen manteniendo vivas sus tradiciones en pueblos que aún habitan a más de 4.000 metros de altitud.
Riqueza natural y desafío ambiental
La cordillera es fuente de agua para millones de personas, alberga glaciares, cuencas hidrográficas vitales y una biodiversidad única. Es también un reservorio de minerales como el cobre, el litio y el oro, lo que ha convertido a la región andina en una zona estratégica para la economía global. Sin embargo, esta riqueza enfrenta amenazas como la minería irresponsable, el cambio climático y la pérdida de ecosistemas.
Un legado que une
La Cordillera de los Andes no divide, conecta. Une a siete países y cientos de comunidades que, a pesar de sus diferencias culturales y políticas, comparten una historia común marcada por la altura, la resiliencia y la belleza imponente de estas montañas. En ella se cruzan los caminos de pastores, científicos, escaladores, poetas y viajeros, todos atraídos por el misterio que encierra esta columna vertebral del continente.
La Cordillera de los Andes es mucho más que una cadena montañosa: es una fuente de vida, una biblioteca natural, un símbolo de resistencia y un patrimonio compartido por toda Sudamérica y el mundo.

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