top of page

El abrazo que construyó un mundo

Actualizado: 25 ene

En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía Sofía, una joven madre que acababa de dar a luz a su primer hijo, Mateo. Como toda madre primeriza, Sofía estaba llena de dudas y miedos. Se preguntaba si sabría cuidar bien a su bebé, si lo estaba alimentando correctamente, o si esos llantos inconsolables eran su culpa.


Un día, mientras paseaba con Mateo en brazos, se encontró con la señora Clara, una vecina de edad avanzada conocida por su sabiduría y calidez. Clara, al ver la preocupación en el rostro de Sofía, le sonrió y le dijo:

— ¿Puedo compartirte un secreto sobre los bebés?


Sofía, agotada y ansiosa, asintió.


— Los bebés no solo necesitan alimento, ropa o juguetes. Necesitan un corazón que les responda. Cada vez que abrazas a tu pequeño, le enseñas que el mundo es un lugar seguro. Cada vez que respondes a su llanto, le dices que su voz importa.


Sofía reflexionó sobre esas palabras mientras continuaba su camino. Esa noche, cuando Mateo empezó a llorar, en lugar de preocuparse, lo tomó en brazos y lo acunó con calma. Sintió cómo su pequeño cuerpo se relajaba contra el suyo y algo cambió dentro de ella: comprendió que, al atenderlo con amor y paciencia, no solo lo calmaba, sino que estaba construyendo en él una base sólida de confianza.


Con el tiempo, Mateo creció y comenzó a explorar el mundo con una seguridad que sorprendía a todos. Era un niño curioso, resiliente, y, sobre todo, cariñoso. Cada vez que caía y se levantaba, cada vez que volvía corriendo a los brazos de Sofía en busca de consuelo, se hacía evidente la importancia de esos primeros años.


Un día, durante una reunión familiar, una tía comentó:

— Mateo es tan independiente y feliz. ¿Cómo lo lograste, Sofía?


Sofía sonrió y respondió:

— Aprendí que el apego no es un lujo, sino una necesidad. Responder a su llanto, abrazarlo cuando lo necesitaba y estar presente para él no lo hizo dependiente, sino fuerte. Le di raíces para que pudiera crecer, y ahora está construyendo sus propias alas.


Clara, sentada cerca, escuchó las palabras de Sofía y asintió con aprobación.


El apego seguro en los bebés no se trata solo de consolar sus llantos o cargar sus pequeños cuerpos. Se trata de construir una relación de confianza, donde sepan que son vistos, escuchados y amados. Esos primeros vínculos son la base para un desarrollo emocional saludable, la clave para formar adultos empáticos y resilientes.


Como Sofía aprendió, cuando abrazas a un bebé con amor y constancia, estás construyendo un mundo donde se siente seguro de ser quien es y de explorar lo que puede ser.



ree

Comments


Pero hay que recordar en la vida que hay un positivo para cada negativo y un negativo para cada positivo
Anne Hathaway

Donde va tu atención, fluye la energía

Tony Robbins

 

Lo que no te mata, te hace más fuerte

Mientras unos lloran, otros venden pañuelos

Dios, pon tus palabras en mi boca
No clasifiques al mundial, gana el mundial
Radio éxito o radio miseria
Resiste la tentación de volver a la comodidad y pronto verás los frutos

Se tu mayor fan

Margarita Pasos, Entrenadora Fortune 500

 

Todos somos iguales como almas, pero no todos somos iguales en el mercado

Jim Rohn


Los/as líderes que valoran a sus personas las empoderan

John Maxwell


Mantén el corazón abierto. Estamos programados para encontrar el amor.
Helen Fisher

Lo que NO estás cambiando, lo estás eligiendo

L. Buchanan

Por lo que el Hombre sucumbe, por ello vence

Los Estoicos

(...) y mi motivación en mi carrera son ustedes. Las personas! 

C.S

 

... tarde o temprano al ... y al ......​
 

Somos el amor infinito.

Mr. Pedro ⚔️

​​

Te deseo lo mejor en tu día :)
Santiago

Santiago de Chile

bottom of page